• Estoy leyendo el libro “El milagro de la mañana” de Hal Elrod, un autor que desafió la lógica de la medicina, dejando atrás la tentación de ser víctima luego de haber tenido un accidente de auto a los 20 años, donde un chofer alcoholizado lo atropelló.

    Para quien quiera conocer bien su historia, les aconsejo leer sus libros: son muy motivadores y realmente pueden cambiar la vida.

    Una de las cosas que más me llamó la atención fue cuando dice que para lograr cambiar algo (o todo) en tu vida hay dos posibilidades: inspiración o desespero. Explica que el desespero es la materia prima de los cambios drásticos, ya que solo quienes son capaces de dejar atrás todo en lo que creen pueden esperar escapar.

    Con este libro, en cambio, podemos hacer transformaciones en nuestra vida desde la inspiración y no desde el desespero, ya que nos brinda herramientas para lograrlo.

    Nuestro primer desafío es encontrar tiempo para alcanzar nuestros objetivos y cambiar lo que no está bien en nuestra vida, lo que muchas veces hemos creado nosotros mismos con nuestros pensamientos y actitudes.

    Sabemos que esto es prioritario para nosotros, pero siempre estamos “ocupados” y no dejamos espacio para dedicarnos tiempo a nosotros mismos, que es justamente lo que necesitamos.

    El descubrimiento de Hal Elrod

    El autor, luego de reflexionar sobre cuál sería el mejor momento del día para realizar las actividades que cambiarían su rutina y mejorarían su calidad de vida, llegó a la conclusión de que la mejor hora era por las mañanas. Para ello, decidió levantarse una hora antes.

    “¿Pero levantarme a las cinco de la mañana? ¡Qué pereza!” — pensó. Sin embargo, si queremos cosas diferentes en nuestra vida, tenemos que estar dispuestos a hacer cosas diferentes.

    Así que Hal Elrod empezó su rutina despertando a las cinco, lavándose la cara, cepillándose los dientes... y realizando las siguientes actividades:

    Los seis hábitos del milagro de la mañana

    • Silencio: Sentado en calma, rezó y meditó durante diez minutos, concentrado en su respiración, sin estrés ni apuro, sintiendo la paz que surgía de su interior.
    • Lectura: Dedicó diez minutos a leer ese libro que siempre dejaba pendiente por falta de tiempo, creando así un hábito diario de lectura.
    • Afirmaciones: Escribió sus propias afirmaciones y las repitió varias veces para reforzar sus pensamientos positivos.
    • Visualizaciones: Visualizó la vida que deseaba. Nosotros también podemos hacerlo imaginando la casa, el trabajo, el auto, los viajes o cualquier cosa que queramos, sin preocuparnos por el “cómo”, ya que de eso se encarga el Universo.
    • Escritura: Escribió en su diario agradeciendo todo lo que tenía. El hábito de escribir y agradecer potencia enormemente el sentimiento de gratitud.
    • Ejercicio físico: Realizó flexiones, abdominales y algunos minutos de yoga. En total, dedicó diez minutos a cada actividad, completando una hora antes de comenzar su día.

    Resultados y reflexión

    A las seis de la mañana, después de su rutina, se duchaba, desayunaba y salía al trabajo con un ánimo completamente diferente y renovado.

    Si logramos crear el hábito de practicar estos ejercicios cada mañana, veremos cambios increíbles en nuestra vida: menos estrés, mejor salud, más positividad, felicidad y una actitud diferente hacia la vida.

    Me encantaría que me contaran sus avances, si pudieron leer el libro o si simplemente al aplicar estos puntos notaron algún cambio en su día a día.

    Muchas gracias.

    Estoy leyendo el libro “El milagro de la mañana” de Hal Elrod, un autor que desafió la lógica de la medicina, dejando atrás la tentación de ser víctima luego de haber tenido un accidente de auto a los 20 años, donde un chofer alcoholizado lo atropelló.

    Para quien quiera conocer bien su historia, les aconsejo leer sus libros: son muy motivadores y realmente pueden cambiar la vida.

    Una de las cosas que más me llamó la atención fue cuando dice que para lograr cambiar algo (o todo) en tu vida hay dos posibilidades: inspiración o desespero. Explica que el desespero es la materia prima de los cambios drásticos, ya que solo quienes son capaces de dejar atrás todo en lo que creen pueden esperar escapar.

    Con este libro, en cambio, podemos hacer transformaciones en nuestra vida desde la inspiración y no desde el desespero, ya que nos brinda herramientas para lograrlo.

    Nuestro primer desafío es encontrar tiempo para alcanzar nuestros objetivos y cambiar lo que no está bien en nuestra vida, lo que muchas veces hemos creado nosotros mismos con nuestros pensamientos y actitudes.

    Sabemos que esto es prioritario para nosotros, pero siempre estamos “ocupados” y no dejamos espacio para dedicarnos tiempo a nosotros mismos, que es justamente lo que necesitamos.

    El descubrimiento de Hal Elrod

    El autor, luego de reflexionar sobre cuál sería el mejor momento del día para realizar las actividades que cambiarían su rutina y mejorarían su calidad de vida, llegó a la conclusión de que la mejor hora era por las mañanas. Para ello, decidió levantarse una hora antes.

    “¿Pero levantarme a las cinco de la mañana? ¡Qué pereza!” — pensó. Sin embargo, si queremos cosas diferentes en nuestra vida, tenemos que estar dispuestos a hacer cosas diferentes.

    Así que Hal Elrod empezó su rutina despertando a las cinco, lavándose la cara, cepillándose los dientes... y realizando las siguientes actividades:

    Los seis hábitos del milagro de la mañana

    • Silencio: Sentado en calma, rezó y meditó durante diez minutos, concentrado en su respiración, sin estrés ni apuro, sintiendo la paz que surgía de su interior.
    • Lectura: Dedicó diez minutos a leer ese libro que siempre dejaba pendiente por falta de tiempo, creando así un hábito diario de lectura.
    • Afirmaciones: Escribió sus propias afirmaciones y las repitió varias veces para reforzar sus pensamientos positivos.
    • Visualizaciones: Visualizó la vida que deseaba. Nosotros también podemos hacerlo imaginando la casa, el trabajo, el auto, los viajes o cualquier cosa que queramos, sin preocuparnos por el “cómo”, ya que de eso se encarga el Universo.
    • Escritura: Escribió en su diario agradeciendo todo lo que tenía. El hábito de escribir y agradecer potencia enormemente el sentimiento de gratitud.
    • Ejercicio físico: Realizó flexiones, abdominales y algunos minutos de yoga. En total, dedicó diez minutos a cada actividad, completando una hora antes de comenzar su día.

    Resultados y reflexión

    A las seis de la mañana, después de su rutina, se duchaba, desayunaba y salía al trabajo con un ánimo completamente diferente y renovado.

    Si logramos crear el hábito de practicar estos ejercicios cada mañana, veremos cambios increíbles en nuestra vida: menos estrés, mejor salud, más positividad, felicidad y una actitud diferente hacia la vida.

    Me encantaría que me contaran sus avances, si pudieron leer el libro o si simplemente al aplicar estos puntos notaron algún cambio en su día a día.

    Muchas gracias.